Jackson fue un pensador innovador, así como un escritor lúcido y prolífico, si bien en algunas ocasiones algo repetitivo.
Aunque su rango de intereses fue amplio, por lo que más se le recuerda es por haber realizado las primeras contribuciones al diagnóstico y la comprensión de la epilepsia en todas sus formas y variaciones.
Los síntomas «positivos» estarían causados por la liberación funcional de los centros inferiores, que no se verían inhibidos por los superiores.
Jackson denominó a este proceso «disolución», un término que tomó prestado de Herbert Spencer.
En su investigación sobre la corteza motora, Otfrid Foerster cita exclusivamente a Hughlings Jackson en referencia al descubrimiento inicial (aunque sin pruebas fehacientes) de que el cerebro era la fuente de las señales motoras neurológicas.
En 1892, Jackson se convirtió en uno de los miembros fundadores de la National Society for the Employment of Epileptics (actualmente, la National Society for Epilepsy), junto a Sir William Gowers and Sir David Ferrier.