Su fachada, de transición gótico-renacentista, fue reedificada en 1879, trasladándose a ella la portada principal, procedente del antiguo monasterio de San Ildefonso y en la que puede leerse "En esta iglesia se mantuvo público el culto católico en tiempo de los sarracenos”.
Sobre la portada se abre un gran ventanal redondo, y a su derecha se levanta la torre campanario, que data de 1606.
La iglesia, de forma rectangular, está estructurada en tres naves de igual altura separadas por arcos formeros y un ábside.
En su interior destaca el retablo mayor, de estilo renacentista, que desarrolla en pinturas la historia de San Julián y Santa Basilisa.
Su púlpito de madera tallada del siglo XVI, que también procede del antiguo monasterio de San Ildefonso, contiene figuras de santos, ángeles y mascarones.