Cuando Ronald Reagan fue elegido presidente, las tensiones aumentaron, y en agosto de 1981 se autorizó el despliegue de una fuerza naval liderada por los portaaviones USS Forrestal (CV-59) y USS Nimitz (CVN-68), en las costas libias.
Estas operaciones tuvieron como fin intentar establecer la localización exacta de la flota estadounidense.
Entre ellos se encontraban el F-14 indicativo de llamada Fast Eagle 102, tripulado por el Comandante Henry 'Hank' Kleeman y el Subteniente David 'DJ' Venlet.
Ambas aeronaves se encontraban realizando una patrulla aérea de combate, y permaneciendo en alerta ante posibles ataques libios con misiles.
Tres F-14 despegaron en dirección hacia los aparatos libios, pero tras ello los MiG-25 regresaron a su base.
Tras ser rastreados por los sensores de los F-14, los MiG, finalmente, regresan a su base.