Industria en la Antigua Roma

Pero estos pueblos mantenían un activo comercio con los etruscos que ya tenían una civilización muy avanzada y una industria muy desarrollada.

Floreció así la industria en Roma y a su vez atrajo mano de obra campesina.

En tiempos de su sucesor Servio Tulio, el régimen capitalista dio el monopolio del poder a la gran industria ya establecida.

A medida que Roma iba conquistando los distintos pueblos que componían la península de Itálica la producción industrial iba aumentando, incrementándose con la industria de estas ciudades sometidas y los artesanos itálicos emigraban a la ciudad de Roma donde encontraban más comodidad y trabajo, dando así origen a una industria local.

El ámbar era un material muy solicitado para obtener objetos comunes y para hacer ornamentos para las mujeres del pueblo; las matronas no llevaban ámbar en sus adornos, sólo oro y piedras preciosas, aunque se ha sabido que hubo una época en que se puso de moda entre ellas el llevar una bolita de ámbar en la mano como perfume para los malos olores que pudieran despedir las cloacas de las calles.

El comercio con los países lejanos y la exigencia cada vez mayor de los abastecimientos militares, vinieron a incrementar la industria.

En esta época imperial surge una gran competencia con las provincias romanas del Norte y de Occidente.

Los esclavos que eran destinados a fines industriales eran distribuidos en las llamadas escuadras y tenían un jefe técnico, el praepositus.

Todas las grandes obras públicas y privadas que emprendieron los romanos en la época del Imperio se hicieron siguiendo este procedimiento.

Además de este sistema seguía existiendo el artesano libre, a quien no le faltaba trabajo.

Dibujo de un obrero romano.