La isla es alargada, de forma triangular, y está orientada en dirección NO-SE.
Al sudeste se encuentra un embarcadero natural o "puerto" de Ízaro.
Su situación de aislamiento hizo que adquiriera fama y fuera visitado por tres reyes: Enrique IV de Castilla en 1457, Fernando el Católico en 1476 e Isabel La Católica en 1483.
Mucho más probable es, sin embargo, que Izaro fuera saqueada por corsarios hugonotes franceses, muy habituales en el mar Cantábrico en aquella época.
En épocas anteriores se criaban en ella conejos (seguramente llevados por los frailes del convento), y en el siglo XIX se arrendaba la isla para que pastaran las ovejas.
Así, la anteiglesia de Mundaca defendía sus derechos sobre la tierra llana sobre la que Bermeo tenía pretensiones.