Esto, a su vez, facilita la consolidación del Estado de derecho, la democracia, la paz y la no repetición en Colombia.
El presidente Juan Manuel Santos y el comandante de las FARC-EP Rodrigo Londoño viajaron a La Habana para el anuncio del acuerdo.
[9] Sin embargo, Human Rights Watch criticó el acuerdo y dijo que eximiría a los responsables de los peores abusos de pasar un solo día en la cárcel, opinión compartida por expresidente Álvaro Uribe.
[25] Las audiencias públicas, como componente esencial de la JEP, se erigen como plataformas cruciales donde víctimas y responsables del conflicto comparten sus testimonios.
Estos documentos ofrecen un relato completo y objetivo, proporcionando una base sólida para la comprensión histórica compartida.
En cuanto a la reconciliación, la JEP ha implementado diversas iniciativas, incluyendo espacios de diálogo entre víctimas y responsables, programas educativos para la paz y la reconciliación, así como la creación de monumentos conmemorativos.
En el ámbito cultural, la JEP ha ejercido un impacto significativo al estimular un renovado interés por la historia y la memoria del conflicto.
Este resurgimiento se refleja en obras artísticas, literarias y cinematográficas que abordan el conflicto armado, contribuyendo así a un debate público más amplio sobre el pasado.
Este enfoque multifacético refleja su compromiso con la justicia transicional y la contribución activa a la transformación positiva de la sociedad colombiana.