Jerónimo de Alcalá

[1]​[2]​ Se discute su ascendencia conversa, que no está probada aunque algunos estudiosos la estiman probable.

Todos ellos estudiaron Medicina, a excepción de su madre, y también se formó en esta materia su hermanastro, Juan Yáñez.

Fallecido el padre, Jerónimo, aún muy niño, es acogido en Segovia por sus tíos maternos Hernando de Alcalá, sacerdote, y Elvira.

Sin embargo, para sus contemporáneos fue fundamentalmente médico, un médico con alta formación universitaria y científica, con talante humanitario y comprometido en la lucha contra las enfermedades, según se desprende del estudio de Remedios Prieto de la Iglesia en torno a su biblioteca médica y ejercicio profesional ,[5]​ el cual, además, dejó reflejado en páginas de sus obras según han recogido también Fidel F. Cea (1983: 166-173) y Miguel Donoso Rodríguez (2005: 123-125).

Pero su obra mejor considerada es la novela picaresca Alonso, mozo de muchos amos, también conocida como El donado hablador, editada en dos partes.

En contraste con otras novelas del género, Alonso presenta un carácter devoto, es casto, culto y piadoso.

Algunos sectores de la sociedad son elogiados por el protagonista, como por ejemplo los médicos, los labradores, las monjas, los comediantes, los mercaderes segovianos, los sacerdotes… y otros son el blanco de su ira: los estudiantes, las mujeres, los soldados, los moriscos y los gentiles, pero siempre en un tono comedido exceptuando algunos comentarios misóginos.

Por tanto, la intención del autor ha sido prioritariamente mostrar un amplio corpus social desde una perspectiva moralizante.

Asimismo, otros aspectos relevantes literarios de la obra son su tono humorístico, el lenguaje erudito combinado con el popular y los refranes, y, a veces, un juego de palabras conceptista.

Alcalá Yáñez compuso este libro por encargo del Ayuntamiento de Segovia.

Existen varias concomitancias entre Verdades para la vida cristiana, Alonso mozo de muchos amos y Milagros..., algunas transcritas textualmente como, por ejemplo, la leyenda de María del Salto, la hebrea condenada injustamente por el sanedrín a ser despeñada, salvada por la Virgen y convertida al cristianismo.