De regreso a su provincia,ejerce la profesión y milita dentro del peronismo pampeano, hasta que en septiembre de 1955 ocurre la Revolución Libertadora que derroca y exilia a Perón.
Posterior al golpe a Illia de 1966, Paladino, quien ya tiene 41 años, se ha hecho un nombre dentro del peronismo pampeano y nacional de ser una persona dialoguista con distintos sectores, y es alguien que puede servir a la causa de traer del exilio político a Perón.
Balbín le transmitió a Paladino su propuesta de reunir a los partidos políticos a fin de acordar una serie de líneas democráticas comunes y emprender colectivamente negociaciones con la dictadura para la "salida política" del régimen militar hacia un gobierno elegido por la población.
[1][3] Perón a su vez, apoyó la propuesta de Balbín y le escribió una carta personal, fechada el 25 de septiembre de 1970, en la que el fundador del peronismo le dice al presidente de la UCRP: En 1971 Lanusse envió al coronel Francisco Cornicelli a conversar con Perón en Madrid y este autorizó a Paladino para que conversara sobre una salida política del país con el ministro del Interior Arturo Mor Roig sin perjuicio que seguía realizando declaraciones con una inequívoca aprobación al uso de la violencia.[4].
Page igualmente desestima estas opiniones que, según dice, utilizan un punto de vista muy limitado que no abarca la totalidad de los hechos involucrados en la relación Perón-Lanusse.