José María Gelabert

En los hechos, trasladó la sede del obispado a la ciudad de Santa Fe.

Por su parte, Oroño se negó a ceder en nada; pero esa intransigencia lo debilitó y permitió la formación de un grupo político opositor, heredero del ya desaparecido Partido Federal, que derrocó a Oroño en una revolución estallada en enero de 1868.

[4]​ Mientras tanto, Gelabert, sabiéndose vencedor de Oroño, decidió cuestionar la educación laica en el Colegio Nacional de Concepción del Uruguay, donde tanto los profesores como los estudiantes tenían fuerte inclinación hacia el anticlericalismo y sentían simpatías por la masonería, cuando no pertenecían a ella.

[4]​ Tras sus enfrentamientos con Oroño, el obispo prefirió concentrar sus esfuerzos en una tarea más pastoral que política.

Pero la obra de la plaza San Martín, que continuó avanzando muy lentamente, resultó demasiado costosa; y nadie estaba seguro de que fuera a ser reconocida como catedral.

Durante casi un siglo la obra quedó sin terminar, convertida en una ruina.

En la actualidad hay proyectos para completar la construcción, respetando los restos pero no el plano original.