En 1779, embarcado en el navío Vencedor, participó en la campaña naval que llevaron a efecto las escuadras combinadas española, al mando del general Luis de Córdova, y la francesa, mandada por el conde d’Orvilliers, sobre el canal de la Mancha, hasta la firma de la paz general.
Desde esta fecha hasta 1784 prestó sus servicios en las fragatas Bibiana, Matilde y Rosalía en aguas de la América septentrional.
En 1793 fue desplazado a América cuando se declaró la guerra a la República de Francia, participando en las operaciones muy señaladamente contra Bahiaja y Fuerte Delfín, en la isla de Santo Domingo.
En noviembre de 1795, el general de la escuadra le otorga el mando del bergantín Habanero, con el que se enfrenta en combate contra doce lanchas y botes de unos británicos que le atacaron, a los que rechazó con graves pérdidas.
En abril de 1797, se le otorgó el mando del bergantín Galgo, con el que vuelve a luchar contra uno británico, llamado Hero, y con la fragata de la misma nación Crescent, de 44 cañones, en el que por aplastante superioridad del enemigo, se le apresa, pero no sin antes haber maltratado a los dos.
Cuando se le puso en libertad por canje, regresó a La Habana, donde se le formó el consabido consejo de guerra, del que salió con una sentencia absolutoria, sin menoscabo de su valor y lealtad, y con todos los pronunciamientos favorables.
Por este motivo se activaron todos los mecanismos para poner en orden de combate a los buques que se habían desarmado por la paz, por lo que se le ordenó embarcar en el navío de tres puentes Santa Ana, como ayudante del general Álava, que enarbolaba su insignia en él.
Asimismo le regaló un yatagán que él portaba, como muestra de su aprecio y amistad.
Efectuó viajes a Costa Firme durante algún tiempo, hasta que recibió la orden de regresar, lo cual realizó con arribada a la bahía de Cádiz, donde se le encomendó su anterior destino en estas aguas.
En 1836, se le otorgó el mando interinamente del Departamento de Cádiz.
A consecuencia de los acontecimientos políticos de 1843, se le volvió a nombrar interinamente comandante general del Departamento de Cádiz, cargo que ejerció durante unos pocos meses, pero en esta difícil época se hizo más acreedor que nunca al aprecio y respeto que anteriormente poseía.