Estudió bachillerato, pero sus aficiones artísticas le decidieron a no seguir carrera alguna para consagrarse exclusivamente a la pintura.
Tuvo por maestros a Manuel Gómez Moreno y a Alejandro Ferrant y, desde muy joven, se dedicó al retrato al pastel y a la reproducción de paisajes de Sierra Nevada, que constituyen sus dos especialidades.
En 1899 y 1900 viajó por Inglaterra.
Entre sus mejores retratos cabe citar los de José Zorrilla, hecho con ocasión de la coronación del gran poeta en Granada, y el de Ángel Ganivet, siendo en gran número los que hizo por encargo, lo mismo en España que en Londres y París.
Contertulio de la Cofradía del Avellano con el sobrenombre de «El Ciprés», ilustró el Libro de Granada, gestado y realizado por miembros de esta tertulia que encabezaba Ángel Ganivet.