Mering sentía curiosidad por el páncreas, un órgano con forma de coma, que se encuentra entre el estómago y el intestino delgado.
En un esfuerzo para descubrir su función, removió este órgano de un perro.
Josef von Mering ayudó a descubrir los barbitúricos, una clase de fármacos sedantes utilizados para el insomnio, epilepsia, la ansiedad, y la anestesia.
En 1903, publicó sus observaciones acerca del barbital (entonces conocido como ácido dietil-barbitúrico) el cual tiene propiedades sedantes en los humanos.
Von Mering colaboró con el químico Emil Fischer, quien también participó en el descubrimiento del barbital.