[3] Hacia finales del siglo XIX empieza a desarrollar su obra el italiano Enrico Ferri (1856–1929), uno de los fundadores de la escuela positivista que en el campo del Derecho Penal sucedió a la escuela clásica de Cesare Beccaria (1738-1894) y Francesco Carrara (1805-1888).
Ferri consideraba que las razones por las cuales el hombre es delincuente son ajenas a su voluntad.
Para este jurista y sociólogo, el delito no existe, lo que hay son enfermedades que bien ha heredado o las adquirió en el transcurso de su vida.
Fue así que afirmaba: En 1929 en un artículo titulado La escuela de Enrique Ferri en la República Argentina, Ramos señalaba que pese a la influencia de la escuela positivista en el ámbito académico e, incluso entre los médicos y referentes de la literatura y hasta de la política, los proyectos de reforma del Código penal han sido en el país, en sus líneas generales, contrarios a esta corriente.
En 1929 viajó a Italia en ocasión que se celebraban actos conmemorativos del jubileo universitario de Ferri y pronunció algunas conferencias en la Universidad de Roma.