Esta recibió al pretendiente pero, cuando se concretaron los acuerdos matrimoniales, puso la condición de que no lo aceptaría hasta que no llegara a ser juez y prefecto de la ciudad.
Pero el joven lo logró, por lo que ella le puso otra condición: hacerse cristiano.
Finalmente, con dieciocho años, se le corta la cabeza el 16 de febrero del 304.
Otras reliquias se encuentran en la actualidad en Bruselas (Bélgica), en la Iglesia de Nuestra Señora del Sablon.
En la pintura y ventanales eclesiásticos de la Edad Media, Santa Juliana es mostrada frecuentemente batallando con un dragón con alas; usualmente ella lleva una cadena para amarrarlo.