Concierto para piano n.º 12 (Mozart)

Al igual que los otros dos primeros conciertos que escribió Mozart a su llegada a Viena, se trata de una obra modesta que puede ser interpretada tan solo por un cuarteto de cuerda y piano (i.e., "a quattro").

El rondó del concierto en la mayor, KV 386 ha sido considerado por verios expertos como un final alternativo a la obra; sin embargo, el KV 386 no puede ser interpretado "a quattro", y la partitura autógrafa muestra que el finale habitual comienza en la misma página en la que termina el movimiento lento.

11, 12 y 13) representan un retroceso formal en comparación con sus inmediatos predecesores, especialmente el concierto n.º 9, "Jeunehomme", este concierto es un precursor de sus posteriores obras maduras en términos de su efecto musical.

[1]​ En vista de estos acontecimientos, Mozart escribió a su padre sobre la muerte de Bach, diciendo en esta carta '¡que calamidad para el mundo musical!

', además podemos observar el Andante como un epitafio musical del joven hombre para el viejo maestro.