Debido a ese contexto de creación se trata de una poesía esencialmente social, y no tan subjetiva e íntima como la tradicional.
Esta función social se ejemplifica en los diversos temas tratados: la política, la moral, la filosofía, la teología, el amor cortés, etc.
Así, pues, lo cortesano, lo clásico y lo italiano orientan las producciones literarias hacia un refinamiento artificioso, culto, que hará que esta lírica oscile entre obras amaneradas y una poesía de sutiles alambicamientos conceptistas y preciosismos formales, pero frívola e intrascendente la mayor parte de las veces, como el ambiente cortesano en que se crea.
Es muy habitual el uso del lenguaje religioso para expresar el amor profano.
Se tiende a establecer una red de asociaciones imaginativas (metáforas, alegorías, comparaciones) entre el amor y otros campos de la actividad humana: la religión, la guerra, etc. Es posible establecer los siguientes ámbitos temáticos: