La obra muestra una clara influencia del Renacimiento italiano y de artistas barrocos tales como Caravaggio, Tintoretto y Miguel Ángel.
Cristo corta el panel central en una diagonal, en un estilo similar a El Entierro de Cristo de Caravaggio, donde tanto el descenso como el ascenso están en juego en un momento clave.
Movimiento, espacio y tiempo se muestran junto con la lucha por poner en posición vertical a Cristo.
Rubens utiliza el color dinámico y el claroscuro con valentía, un estilo que va a ser más sutil con el tiempo.
[1] En el Palacio Episcopal de Segovia se conserva un tapiz del s.XVIII que reproduce este cuadro y cuya manufactura se atribuye a Jean-Baptiste Vermillion, de quien se conservan otras obras en la Real Sitio de San Ildefonso.