La herejía de Horus (novelas)

La serie, aún en curso, está formada por novelas de larga duración escritas por varios autores.

Veremos como un día todos eran hermanos que luchaban por una misma causa y como después se dividieron en dos grupos, dando a conocer el nombre de las Legiones Traidoras (leales a Horus) y las Legiones leales al Emperador.

Esto no fue admitido ni desmentido de manera oficial por Timun Mas, aunque Black Library sí lo comentó abiertamente, tal como recogen numerosos foros españoles especializados.

[11]​ A continuación vemos los siguientes títulos que se van publicando con su fecha correspondiente ,[12]​ además de los títulos ya publicados en su versión original: El ángel caído Sangre y hierro Que arda la galaxia Dentro de la Tormenta de Ruina La herejía engendra el castigo El ocaso de la luz Resistiendo a la Tormenta Emperadores y esclavos De Alfa a Omega Nunca más Guerra en la Telaraña Arma del Destino Un Alma Dividida Guerra por un Mundo Muerto Destiny unwritten... To the Gates of Terra The wyrd spear cast The Hammer and the Anvil Chaos undivided The God-Machines cometh Doom of the Death Guard El quincuagésimo cuarto libro es el último, pero no el final de la saga.

Sin embargo, la fugitiva Eisenstein resulta dañada por los disparos enemigos y queda a la deriva en el espacio disforme, los dominios de los Poderes Siniestros.

Estamos en el trigésimo primer milenio, y la humanidad se encuentra en la cima de su poder.

La Gran Cruzada, bajo la dirección del señor de la guerra Horus, continúa su marcha imparable.

Se avecina una gran guerra, un enfrentamiento que devorará al Imperio de la Humanidad.

La guerra desgarró los mundos y enfrentó a los Astartes contra sus hermanos de batalla en una lucha donde la muerte fue la única en salir victoriosa.

Los Ángeles Oscuros serán puestos a prueba tanto en el espacio exterior como en su propia patria, Caliban.

Aunque lo que realmente buscan es iluminar el Imperio, la corrupción del Caos se apodera de ellos y comienza su camino hacia la maldición.

Una época tan oscura sólo puede ser el anuncio de nuevos sucesos terribles que están por ocurrir.

Ante la traición, Kai debe decidir a quién jurará lealtad, y si enterrar o no para siempre algunas verdades.

Guilliman confirma sus peores sospechas: Lorgar está decidido a acabar de una vez por todas con la terrible rivalidad que hay entre ellos.

Ahora, cuando se hace evidente la mano del traidor, los Ángeles Sangrientos deben enfrentarse a los ejércitos del Caos, surgidos de la Disformidad, y a sus propios demonios personales, en las desoladas llanuras de Signus Prime.

Mientras las legiones traidoras continúan aterrorizando la galaxia, la defensa del Palacio Imperial se prepara.

Pero Lorgar, que en otro tiempo hubiera castigado a su hermano descarriado, ahora solo parece alentar el frenético derramamiento de sangre.

Mientras sufre las numerosas e infernales torturas diseñadas para quebrar su cuerpo y espíritu, Vulkan es testigo de hasta dónde puede llegar la depravación del Acechante Nocturno y descubre algo que podría cambiar el curso de la guerra.

Pero mientras los Marines Espaciales crean un refugio en las junglas de Pythos, aparece una oscuridad que amenaza con consumirlos a todos.

Pero ahora que la rebelión de Horus se extiende a todos los rincones del Imperio y la guerra devora mundos y sistemas nuevos casi a diario, hay quienes se preguntan: ¿acaso las señales estaban ante nuestros ojos desde el principio?

Durante mucho tiempo, la V Legión se extendió por todo el imperio, ignorando la rebelión del Señor de la Guerra y la contienda que inevitablemente siguió.

Cuando su primarca, Jaghatai Khan, se había asegurado de que la senda ante ellos era justa y verdadera, los Cicatrices Blancas eligieron un bando, llevando la lucha a los traidores en todos los frentes.

Mientras la rebelión de Horus ruge por toda la galaxia, se libra una guerra muy distinta entre los muros del Palacio Imperial.

Pero ahora que se cuentan legionarios traidores y titanes de combate entre las fuerzas del Caos, el cerco al Mundo del Trono se cierra y solo el mismísimo Emperador podría tener esperanzas de prevalecer.

Sin embargo, sus hijos ven los cambios que experimenta su primarca: es un alma rota, cuya mente y recuerdos van hundiéndose en la confusión de la disformidad.

Atormentado por la sensación de no haber cumplido con su destino, Vulkan debe escoger entre unirse a la guerra vengativa contra los traidores o seguir su propio camino, una senda misteriosa que lo conduce hacia el mismísimo Mundo del Trono.

Sin embargo, pronto perderán la oportunidad para atacar: tanto Guilliman como el León regresan a toda prisa, y sus ejércitos podrían girar las tornas de la batalla.

La galaxia arde y los hermanos se traicionan entre sí según el conflicto provocado por la conspiración de un querido hijo llega a su fatídica conclusión.

Otros han cumplido papeles más pequeños, gotas en un océano de guerra y sangre.

Los ejércitos se reúnen, los héroes empuñan sus espadas, y los ciudadanos buscan donde esconderse.