Estas bañistas presentan una belleza perfecta, con curvas sinuosas y sensualidad discreta.
Es un ejemplo de la pintura ejecutada por Ingres durante el período 1806-1820, en que estuvo instalado en Roma.
Esta Gran bañista, lo mismo que François-Marius Granet (1807) y Madame Devauçay (1807), fueron aplaudidas por la crítica parisina.
[3] La composición está dominada por la figura de la mujer desnuda, siendo mínima la escenificación: una cama cubierta por una sábana blanca y un cortinón verde oscuro a la izquierda.
La mujer está iluminada por los reflejos difusos de la toalla y del turbante que limita con líneas arabescas.