[1][2] El año siguiente Lígdamis, aprovechando el descontento por la concentración de la riqueza en manos de los oligarcas, derribó la oligarquía con la ayuda de Pisístrato convirtiéndose también en tirano.
[3] Aseguró su posición desterrando a sus potenciales rivales y extendió su dominación sobre la isla vecina de Paros.
[4] Lígdamis envió mercenarios para ayudar a su aliado Polícrates, el poderoso tirano de Samos, en su campaña contra Mileto y Mitilene.
[5] Lígdamis emprendió también un ambicioso programa de construcciones, y en el 530 a. C. comenzó la edificación de un enorme templo dedicado a Apolo que nunca fue terminado.
[3] Naxos siguió prosperando en los años inmediatamente posteriores bajo una nueva oligarquía.