Mónica trabaja como camarera en un local de ambiente gay, llamado Frenesí, pero quiere ser actriz.
La romántica María está secretamente enamorada de su vecino Carlos y Yeye está triste porque hace unos meses ha sido abandonada por su novio Max, que le acababa de confesar que trabajaba como gigoló.
En realidad Max ha huido porque la policía le persigue porque sospechan que está implicado en la muerte de una mujer.
Cuando Max va al Frenesí a preguntar por Yeye, Mónica lo seduce y graba una cinta mientras hacen el amor, lo que causará un conflicto con su amiga cuando lo vea.
María se defiende de la violación clavándole un tenedor en los testículos y huye.