Nácar

El nácar, también llamado madreperla, es una sustancia orgánico-inorgánica, ya consolidada, dura, blanca, brillante y con reflejos irisados o iridiscentes.

Forma la capa interna del caparazón de muchos moluscos, razón por la que algunas de estas especies lo segregan de manera considerable para reparar sus caparazones dañados o para enquistar (encapsular) objetos extraños dentro del organismo, mecanismo que es utilizado por los recolectores de perlas para administrar a unos determinados moluscos piezas en el interior que saben que cubrirán con el nácar, convirtiéndolos en perlas u otros objetos valiosos nacarados.

[1]​ Las conchas que proporcionan el más hermoso nácar son las haliótidas, los nautilidos, las pintadinas entre otras.

El nácar se emplea desde la Antigüedad en decoración,[2]​ obras de marquetería, ebanistería fina, diapasones de instrumentos, joyería, y para adornar abanicos, botones, fichas y teléfonos.

En el año 2012 un equipo de trabajo del Laboratorio Cavendish de la Universidad de Cambridge, Reino Unido, pudo fabricar un material, a temperatura ambiente y con un costo reducido, que es notablemente parecido al natural en estructura, conducta mecánica y apariencia óptica[3]​

Nácar iridiscente dentro de una concha de Nautilus