El matrimonio igualitario pasó a ser reconocido por el artículo 41 de la Carta Magna, lo que le concede protección constitucional y le equipara con el matrimonio convencional.
El 23 de mayo de 2015 Irlanda se convirtió en el primer país del mundo en aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo mediante referéndum popular.
Es especialmente llamativo el profundo cambio ideológico de una sociedad mayoritariamente católica donde la homosexualidad no fue despenalizada hasta 1993 y la ley del divorcio no llegó hasta 1995.
En una sociedad donde, tradicionalmente, las instituciones religiosas han tenido un gran poder, el plebiscito supone todo un símbolo.
La victoria del "sí" en el referéndum ha sido enormemente celebrada en las redes sociales así como en los medios de comunicación nacionales y ha tenido una difusión a nivel global.