Una tabla de cambio fue una institución económica surgida durante la Edad Media, con el aumento de los viajes y el comercio internacional.
Es el precedente más directo de los bancos públicos.
Según Sanchis Guarner, durante la segunda mitad del XIV la actividad mercantil en la Ciudad y Reino de Valencia empezaba a ser tan intensa que la primera letra de cambio que conocemos entregada en Europa Occidental era precisamente valenciana, de 1371 o 1376 (la lectura de ambas fechas es factible).
[1] En 1649 apareció la Tabla Novísima, que mantuvo en funcionamiento hasta los decretos de Nueva Planta.
Con la abolición de los fueros desapareció en 1719.