Miguel Mario Campero

También entablaría amistad con el líder radical Hipólito Yrigoyen, luego Presidente de la Nación Argentina.

Durante este periodo de su vida fue allegado al círculo intelectual tucumano que luego sería denominado "Generación del centenario", integrado por Juan B. Terán, Alberto Rougés, José Ignacio Aráoz, Miguel Lillo, Ernesto Padilla y el poeta boliviano Ricardo Jaimes Freyre.

En 1909 se desempeñó como tesorero de la Sociedad Sarmiento, en la comisión presidida por Juan B. Terán.

en 1916, tuvo su capítulo local con el triunfo electoral de Juan Bautista Bascary.

Su gestión no escapó a las tensiones internas del Radicalismo producidas por el estilo de gobierno de Yrigoyen, el que fue impugnado por un sector del partido dando origen al "antipersonalismo" como corriente política definida.

La economía regional se había conformado bajo el eje de la industria azucarera, fuertemente protegida y volcada al mercado interno.

Bascary no pudo conseguir gobernar con una legislatura mayoritariamente conservadora y antipersonalista, siendo intervenido por el gobierno nacional de su mismo signo político dos veces: la primera vez, pedido del propio gobernador en 1918, a fin de superar la obstrucción de la legislatura provincial dominada por los opositores, y luego la intervención definitiva, en 1920 puso fin a su gobierno.

Este proceso empobreció a los pequeños y medianos productores, quienes no pudieron suplantar sus cultivos por la especie de caña "java", rechazando los ingenios sus cosechas, lo que aumentó el descontento social.

Los industriales acataron el laudo, mientras que Miguel Campero consolidó su apoyo entre los pequeños y medianos productores azucareros, quienes jugarían su rol político de importancia a favor del Radicalismo en las zonas rurales del interior provincial.

Sin embargo, al consolidar su influencia, gracias a los réditos políticos y sociales del Laudo Alvear, en 1927 consideró el momento propicio para declarar su lealtad al irigoyenismo, colocando a la U.C.R.

[9]​ En las elecciones de 1928, Miguel Campero dejaría la gobernación en manos del candidato radical personalista José Graciano Sortheix, cuyo gobierno tuvo que sortear las dificultades políticas provocadas por el triunfo en las elecciones municipales de los conservadores organizados en el novedoso partido provincial, denominado "Defensa Provincial Bandera Blanca".

El derrocamiento de Hipólito Yrigoyen determinó en Tucumán, que las fracciones radicales personalistas y anti-personalistas se unificaran nuevamente.

tucumana, cuyo resultado fue la proclamación de Eudoro Aráoz como candidato a gobernador.

De este modo, el Radicalismo nacional y provincial se declararon en abstención electoral, lo que posibilitó la disputa electoral entre el Partido Liberal tucumano y el Partido Defensa Provincial-Bandera Blanca; triunfando este último que llevaba como candidato a la gobernación al ex-intendente de San Miguel de Tucumán, Juan Luis Nougués.

La provincia fue intervenida cuando Nougués en un acto de temeridad impensada, envió a la policía provincial montada para disolver a latigazos, las sesiones de la legislatura provincial que se había convertido en un bastión dominado por los opositores.

La intervención federal convocó a elecciones para fines de 1934, lo que determinó que el radicalismo tucumano se presentarse en las elecciones a gobernador, desobedeciendo el mandato partidario nacional de la abstención electoral.

Después de algunos desencuentros iniciales, los grupos radicales negociaron una fórmula unificada y votaron unidos en el Colegio Electoral.

Esta obra fue unida a la creación del parque natural de San Javier,[20]​ considerado como un paisaje protegido bajo la jurisdicción provincial, tomando como eje la ruta y sus miradores, como la hoy conocida como la "Primera Confitería".

Luego del Congreso Eucarístico Internacional de 1934, celebrado en Buenos Aires, la Iglesia Católica había recuperado su influencia política, presionando a los gobiernos provinciales para la restitución de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas.

En las elecciones presidenciales de 1937, la fórmula presidencial del radicalismo nacional encabezada por Alvear y Enrique Mosca fue derrotada en el resto del país por el ejercicio del "fraude patriótico" promovido por el gobierno de Agustín P. Justo para beneficiar a la fórmula presidencial de la Concordancia, integrada por Roberto Marcelino Ortiz y Ramón S. Castillo.

Sin embargo, los resultados provinciales tucumanos favorecieron a la fórmula radical, ya que en Tucumán no aconteció la práctica del fraude electoral por una decisión firme de respeto a las instituciones mantenida por Campero.

Concurrensista, cuyos líderes más notorios eran el gobernador Miguel Critto y el industrial azucarero, Manuel García Fernández, sostuvieron la candidatura de Campero, pero enfrentados a las otras dos divisiones radicales: La UCR Tradicionalista y la UCR Frente Popular presidida por Nicasio José Sánchez Toranzo, quienes también proclamaron a Campero como candidato a gobernador.Finalmente las tres fracciones radicales concurrencistas se unieron en la llamada "Alianza Radical".

Ante la posibilidad concreta de que una alianza entre sectores del radicalismo- divididos electoralmente, pero coordinados para unirse en el Colegio Electoral-, el presidente Ramón S. Castillo decidió impedir un nuevo triunfo de los radicales opositores.

El proceso continuó confusamente, pues los electores conservadores deliberadamente se ausentaron de la asamblea, mientras los radicales demandaron su comparecencia por la fuerza pública.

[23]​ Luego de estos sucesos, Miguel Campero se retiró a la vida privada.

Sin embargo, su personalidad reservada y su fino humor basado en las antiguas costumbres rurales tucumanas, lo convirtieron en una figura emblemática para todos los sectores sociales.

En diciembre de 1945, con la intervención del delegado del Comité Nacional de la U.C.R., Mauricio Yadarola, se puso fin a la división entre los radicales tucumanos del concurrencismo y los radicales del Comité Nacional para sostener la fórmula presidencial de la Unión Democrática y la candidatura a gobernador de Eudoro Aráoz, frente al pujante Partido Laborista que proclamó la fórmula Perón-Quijano, llevando como candidato a gobernador al militar Carlos Domínguez.

En 1956 manifestó su adhesión a la Unión Cívica Radical del Pueblo dirigida por Ricardo Balbín.

Convertido en una personalidad respetada en la sociedad tucumana, no sufrió embates por parte de los primeros gobiernos peronistas.

[24]​ El matrimonio engendró cuatro hijas mujeres quienes emparentaron con diversos círculos sociales de la sociedad tucumana.

Miguel Campero dirige su discurso a la Legislatura tucumana luego de jurar como gobernador de la provincia, en mayo de 1924.
El gobernador Miguel Campero recibe al Principe de Piamonte, Humberto de Saboya , en su visita a Tucumán, en agosto de 1924.
Concentración de productores cañeros en la ciudad de Monteros, durante el conflicto entre industriales, cañeros y trabajadores en 1927.
El Gobernador Miguel Campero junto a Juan B. Terán , Rector de la Universidad Nacional de Tucumán, el naturalista Miguel Lillo , y el ministro de Obras Públicas, Tomás Chueca, durante su primer mandato (1924-1928).
Retrato oficial del gobernador Miguel Mario Campero durante su segundo mandato. Año 1935.
Visita del gobernador Miguel Campero al taller del escultor tucumano, Juan Carlos Iramain , acompañado de su ministro de gobierno, Norberto Antoni y del intendente de San Miguel de Tucumán, Roque Raúl Aragón . Año 1939.
Construcción del Palacio de Tribunales de Tucumán, año 1938.
El Gobernador Miguel Campero junto a los trabajadores en el Camino a la Cumbre de San Javier. Tucumán, 1939
El gobernador Miguel Campero recibe al expresidente Marcelo T. de Alvear con motivo de las elecciones provinciales de 1938. Archivo General de la Nación Argentina.
El gobernador Miguel Campero emitiendo su voto.
Fotografía que muestra al escritor Ricardo Rojas , presidente de la Unión Cívica Radical, rodeado de los exgobernadores de Tucumán, Miguel Critto (izquierda) y Miguel Campero (derecha) en la puerta de la Casa Histórica de Tucumán. Año 1954.