[1] Las excavaciones, dirigidas por Julia Justes Floría,[2] permitieron descubrir los restos de lo que debió ser la antigua iglesia de San Pedro el Viejo, un templo que presentaba planta rectangular pequeña con una cabecera y un altar perfectamente definidos.
Los expertos consideran que los enterramientos más antiguos podrían datarse entre los siglos XI y el XIV.
[3] Tras meses de debates se decidió que los restos se volvieran a cubrir, tapándose con una malla y posteriormente con arena que terminaba con una capa de grava.
Los restos podrían asociarse a una hospedería, con cementerio anexo, puesto que existe documentación que tal edificio existía en 1215 y los restos coinciden cronológicamente.
Más tarde, al construirse en Jaca una catedral con la misma advocación, la iglesia monástica pasó a llamarse San Pedro “El Viejo”.