En la fase aguda, las lesiones desaparecen en un periodo variable de dos a cuatro semanas y el dolor lo hace algunos días después.
[1][2] El virus varicela herpes zóster (VHZ) es neurotrófico y se aloja en el tejido nervioso vecino hasta alcanzar el ganglio sensitivo del nervio causando la muerte neuronal.
La NPH remite espontáneamente dentro de los primeros seis meses, y en algunos casos el dolor persiste indefinidamente hasta recibir alguna opción terapéutica definitiva.
En casos refractarios al tratamiento farmacológico se recomienda algún procedimiento de neurocirugía funcional.
[3] Con suerte, estos tratamientos experimentales darán como resultado un mejor manejo clínico de la NPH.