Locomotora del Ferrocarril Central de Nueva York y del río Hudson No. 999

En 1892, el gerente general de pasajeros del Ferrocarril Central de Nueva York, George Henry Daniels, propuso que se diseñara una locomotora nueva y rápida para dar publicidad al Empire State Express durante la Exposición Colombina Mundial a celebrar en Chicago en 1893.

Disponía de los frenos montados en el bogie delantero, un enfoque novedoso en aquel momento.

Los bastidores, los tubos y las molduras estaban muy pulidos; la caldera, la chimenea, las cúpulas, la cabina y el ténder recibieron un acabado en negro satinado; y se añadió con pan de oro el rótulo "Empire State Express" a los lados del ténder, empleando letras de 2 pies 6 pulgadas (76 cm) de altura.

[3]​ Después de la Exposición Mundial Colombina celebrada en Chicago en 1893, la locomotora continuó remolcando el Empire State Express entre Buffalo y Syracuse hasta 1899.

Las primeras pruebas se llevaron a cabo en secreto, para evitar la posible respuesta de la competencia.

Con los cronógrafos se midieron tiempos de entre 31 y 32 segundos por milla en este tramo.

En un momento en el que acababa de ser inventado el automóvil, todavía no existían los aviones y el desarrollo de los trenes eléctricos era incipiente, el récord causó sensación en todo el mundo y el efecto publicitario deseado superó todas las expectativas.

En ese momento, el ferrocarril acabó dando la espalda a sus locomotoras de vapor; de manera que todas sus famosas Hudson y Niagara y todas menos dos Mohawk, se retiraron del servicio en 1957.

Una vez que la unidad llegó al Museo de Ciencia e Industria, la máquina se exhibió en su interior, donde comenzó a deteriorarse después de haber estado expuesta a la intemperie.

Este proyecto incluyó una restauración cosmética de la máquina, tras la que se colocó en la sala principal del museo.

Sello estadounidense de 1901
La No. 999 repostando agua mediante un foso inferior
La No. 999, exhibida en el Museo de Ciencia e Industria de Chicago