[2] Frances Glessner diseñó detalladísimos modelos a escala de auténticas escenas del crimen, que utilizaba como herramienta pedagógica y de investigación.
Sus estudiantes observaban la escena y debían extraer conclusiones a partir de las evidencias presentadas.
En 1966 se disolvió el departamento, y los dioramas fueron enviados a la oficina forense del estado de Baltimore (estado de Maryland) donde permanecen como préstamo a perpetuidad.
Según informa el Harvard Magazine, los dioramas aún se usan como material pedagógico.
The Nutshell Studies of Unexplained Death, de la fotógrafa Corinne May Botz