Las ondas gravitatorias tienen una sólida base teórica, fundamentada en la teoría de la relatividad.
[5] Posteriormente, se han observado muchos otros pulsares binarios (incluyendo un sistema de pulsar doble), donde se verifican todas las condiciones apropiadas predichas para la generación de ondas gravitacionales.
Existen tres consorcios, el European Pulsar Timing Array (EPTA), el Observatorio Nanohertziano Norteamericano de Ondas Gravitacionales (NANOGrav) y el Arreglo de Pulsos de Parkes (PPTA), que cooperan como el Pulsar Timing Array Internacional.
Estos usan radiotelescopios existentes, pero como son sensibles a las frecuencias en el rango de los nanohercios, muchos años de observación son necesarios para detectar una señal y la sensibilidad del detector mejora gradualmente.
Los límites actuales se aproximan a los esperados para las fuentes astrofísicas.