Clemente X

Durante la sede vacante de 1655 fue encargado por el Sacro Colegio Cardenalicio para pacificar la Lombardía.

Cuando ya había cumplido 79 años, en 1669, el papa Clemente IX lo nombró cardenal, pero la inmediata muerte de este papa impidió no sólo que le fuera otorgada diaconía ni título alguno, sino que llegara a ser investido.

Se registra que el papa Clemente, al convertirle en un miembro del Sacro Colegio, le dijo: "Serás nuestro sucesor".

El papa deseaba especialmente que se renovara un sentimiento de buen entendimiento entre España y Francia.

Nadie podría remover tales reliquias sin el permiso del cardenal vicario.

No podrían ser expuestos a la veneración de los fieles sin antes haber sido examinados por el mismo cardenal.

En 1673 llegaron a Roma los embajadores del gran duque de Moscovia, Ivan Basilowitz.

Solicitaba del papa el título de zar, que por otro lado ya se había dado a sí mismo.

Pavel Nanes, embajador de origen escocés, no pudo obtener la sanción del título, aunque fue recibido con grandes honores y con muchos regalos para que le llevara a su jefe.

El gran duque de Moscovia no profesaba la fe católica, por lo que era difícil que consiguiera su objetivo, y el rey de Polonia no miraba con buenos ojos la embajada.

El cardenal Altieri, jefe del gobierno, estaba dispuesto a aumentar los ingresos, y estableció un nuevo impuesto de tres por ciento sobre todas las mercancías que entraban a la ciudad, incluyendo bienes para los cardenales y embajadores.

Los embajadores de los imperios franceses, españoles y venecianos, enviaron a sus secretarios para exigir una audiencia con el papa.

Durante cuatro días seguidos el camarlengo dio la misma respuesta a estas persona.

Bula verdaderamente prudente, que puso en perfecta armonía a sus respetables componentes, extinguiéndose así las contiendas entre ambos cabildos y que perseveraban constantes durante más de cinco siglos” (José Blasco Ijazo).

Las profecías apócrifas de San Malaquías se refieren a este papa como De flumine magno (Del gran río), cita que al parecer hace referencia a que cuando nació el río Tíber bajaba muy crecido provocando graves inundaciones.

Fernando III de Castilla , (1199-1252), canonizado por Clemente X en 1671. Imagen del escultor barroco sevillano Pedro Roldán (1624-1699), conservada en la catedral de Sevilla . Los dorados y acabados finales fueron hechos con la intervención de varias de sus hijas.