Después de finalizar sus estudios brillantemente comenzó a cantar bajo la dirección del maestro José Borobia en "La Agrupación Artística Aragonesa".
Desde el primer momento figuró en los carteles con el diminutivo por el que siempre la habían conocido familiares y amigos: "Pilarín".
Cabe destacar su presentación en Barcelona con Doña Francisquita junto al tenor Emilio Vendrell, El Conde Montal con Marcos Redondo en Oviedo, La Tabernera del Puerto en San Sebastián, bajo la dirección de su autor, Pablo Sorozábal y de El Caserío en Bilbao, también dirigida por su autor, Jesús Guridi, Aunque su dedicación fundamental fue la zarzuela grande, también hizo alguna incursión en el género chico.
Con el tesón y la viveza que le caracterizaban y poniendo en práctica sus conocimientos de foniatría volvió a cantar, aunque ya sin volver a los escenarios, Al quedar viuda del empresario teatral, Emilio Moreno, con el que se había casado en 1951, ganó la cátedra de canto, como profesora emérita, del Conservatorio de Zaragoza, cargo que ocupó entre los años 1975 y 1986.
Tras decirle que su meta no era el canto lírico sino el pop/rock, la desestimó, dejándole realizar la prueba como medida de cortesía.