Las pérdidas que causa en el rendimiento pueden alcanzar el 90% en cultivares altamente susceptibles al ataque del virus.
Estas hojas tienden a crecer en forma erecta y generalmente tienen un color amarillo pálido.
Los tubérculos de cultivares hipersensibles desarrollan necrosis reticulada internamente.
La subespecie andigena reacciona de modo diferente: presenta clorosis marginal e intervenal, especialmente en las hojas superiores, crecimiento erecto marcado y frecuentemente, enanismo severo.
La transmisión natural ocurre por medio de áfidos en forma persistente y el virus se disemina por tubérculos infectados.