Durante la batalla, la información engañosa y los retrasos en la comunicación hicieron que Herbert Plumer y Douglas Haig sostuviesen la idea de un avance sustancial hacia la cordillera de Passchendaele.
La posición real de la línea del frente fue descubierta por el reconocimiento aéreo, pero la información llegó demasiado tarde, sin apenas modificar el plan.
Los ataques en el sector del XVIII Cuerpo desde el flanco derecho del Quinto Ejército, al norte de Poelcappelle, fueron costosos y ganaron poco terreno.
La ofensiva británica fue pospuesta hasta que mejorase el tiempo y se restablecieran las comunicaciones de retaguardia.
La batalla había sido un éxito defensivo alemán, pero fue costosa para ambas partes.