Discrepancia energética de los cien milenios

Sin embargo, el reciente cambio entre estados glaciales e interglaciales que se produce en ciclos de unos 100.000 años (100 ka), no se relaciona bien con ninguno de esos factores.

Nicholas Shackleton sintonizó orbitalmente las muestras de δ18O del aire en el hielo antártico (es decir, que ajustó la escala de tiempo del registro para adaptarlo a las variaciones orbitales), y usó el análisis espectral para identificar y restar el componente del registro que en esta interpretación podría atribuirse a una respuesta lineal (directamente proporcional) a la variación orbital.

También aparecían grandes «saltos» no lineales en el registro durante las deglaciaciones, si bien la periodicidad de los 100.000 años no era la más marcada en este registro «puro» del volumen de hielo.

Se encontró que el registro separado de la temperatura del mar en profundidad variaba directamente en fase con la excentricidad orbital, al igual que la temperatura antártica y el CO2.

Así, la excentricidad parece ejercer un efecto inmediato geológico en la temperatura del aire, la temperatura del mar profundo y las concentraciones atmosféricas de CO2.

Media de varias muestras de δ 18 O, un indicador de Tº, de los últimos 600 milenios.
Un registro δ 18 O de los pasados 120 milenios.
Efecto de las variaciones de la oblicuidad, que en conjunto con la precesión, se amplifican con la inclinación orbital.