Se coge la leche de vaca pasteurizada y se le añade nata de oveja.
Una vez introducido en los moldes se prensa durante 24 horas y se introduce en salmuera.
Tras este proceso se deja curar unos dos meses, el queso se ahúma con madera de roble y haya.
Este queso se puede degustar de dos formas diferentes: el acabado normal (Pría) y el que goza de mayor fama, ahumado (Ahumado de Pría).
El sabor es muy suave y dulzón, con toques acaramelados, muy poca sal, con un ligero ahumado muy agradable y sostenido.