[1] Los Indígenas amenazaban a las nuevas poblaciones que pretendieran habitar la campaña.
El Reglamento tenía como objetivos: Para distribuir tierras, se necesitaba contar con estas.
Según el Artículo 11, cada beneficiado debería formar, obligatoriamente, un rancho y dos corrales en el término de dos meses, los cuales eran extensibles a tres.
Quién no cumpliese, se le extraería el terreno y sería donado a otro vecino más laborioso.
Según el Artículo 19, los beneficiados no podrían vender ni regalar su suerte de estancia.