Esto ha sido posible debido a la relativa poca aptitud de estos terrenos -en comparación con la zona circundante- para la práctica de la agricultura y la ganadería.
Esta falta de interés productivo se quedó establecido a lo largo del tiempo a causa de las periódicas crecientes del Río Salado, que con cierta frecuencia anegan la zona.
La vegetación de menor porte está compuesta por gramíneas, epífitas y cactáceas.
Se han registrado más de 100 especies de aves entre los que se encuentran el carpinterito común (Picumnus cirratus), la reinamora (Cyanocompsa brissonii) y el tingazú (Piaya cayana).
[4] Se han realizado algunos avistajes de copetonas (Eudromia elegans) y tordos charrúa (Gnorimopsar chopi).