Estilísticamente, se ha de relacionar con los grandes retablos de transición del Gótico al Renacimiento; el armazón y los doseletes que cobijan las esculturas son góticos, pero en la imaginería se observa ya la influencia del primer renacimiento español.
Las dimensiones del retablo son 9,50 m de alto (12,10 desde el suelo) por 7,80 m de ancho y está formado por banco, tres cuerpos, ático y un guardapolvo que recorre completamente el exterior, incluido el Calvario.
En las entrecalles aparecen tallas individuales, todas ellas vinculadas también a la vida de Cristo y que representan a: los Doce Apóstoles, seguidores de Cristo elegidos por el propio Mesías; en las esquinas del retablo aparecen cuatro profetas del Antiguo Testamento (Isaías, Zacarías, Jeremías e Isaac), que predijeron la llegada del Mesías en sus escritos; y, en el banco o predela, aparecen los cuatro Evangelistas, que narraron la vida de Cristo en sus escritos, y los reyes David y Salomón, ascendientes de Jesús, en torno a una escena que representa un Llanto sobre Cristo muerto.
La escena representa no sólo la Asunción de la Virgen al cielo acompañada por ángeles, sino que también representa su Coronación e, incluso, aparece representada con los atributos de la Inmaculada Concepción, dogma con una profunda raigambre en España ya desde los siglos XV y XVI pero que no será reconocido por la Iglesia Católica hasta la bula Ineffabilis Deus de Pío IX en 1854.
Esta restauración tuvo lugar en la propia iglesia, para lo que se montó un taller de restauración en el ábside central, y se prolongó durante nueve meses, siendo inaugurado en agosto de 2010, ascendiendo la inversión total a 467.287 euros.