[2] Por lo tanto, es plausible que el Greco realizara un retrato del futuro santo, a una edad aproximada de catorce años, aunque no hay la certeza de que este lienzo lo represente.
[3] La expresión del adolescente tiene una intensidad sobrecogedora, propia de un joven místico.
El color negro del traje es de una gran densidad, con pequeñas superposiciones grises que resaltan las líneas de luz.
En fotografías antiguas (1902, Moreno), aparecía una aureola alrededor de la cabeza del santo, que no podía ser obra del Greco, quien nunca pintó este tipo de nimbo, y porqué en la fecha en que se compuso esta obra, Luis Gonzaga todavía no había sido canonizado.
Probablemente, el Greco pintó la mano izquierda del joven sobre el libro, tal y como aparece actualmente.