[2] Se encuentra en el lugar donde el rey Fernando el Católico tenía su campamento durante el asedio y toma de la ciudad en 1487, hasta ese momento puerto clave del reino nazarí de Granada.
En 1493, la capilla pasa a manos de los Mínimos, quienes edifican junto a la misma un convento y una iglesia, de la que sólo quedan algunos restos en la actualidad.
Es bastante desconocido a pesar de que su valor arquitectónico y escultórico es incuestionable.
Las columnas expresan la relación entre lo terrenal y lo divino, llevando al difunto hasta el Paraíso.
Los nichos se encuentran separados por pilastras, con figuras adosadas destacando entre ellas la muerte en todas sus manifestaciones artísticas: esqueletos, calaveras y huesos.
Este tipo de sepulcros contribuyen a resaltar el contraste vida-muerte y ofrecen un paralelo con los sepulcros franceses en los que se representa la persona viva y muerta, entendiéndose como símbolo de destrucción y muerte del cuerpo frente a la salvación del alma.