[1] Los franceses y británicos movilizarían cerca de 3 901 000 hombres en las primeras semanas para rechazar al enemigo.
Una vez conseguido este objetivo, deberían volverse hacia la frontera rusa, cuya movilización militar sería más lenta.
El ejército alemán debería extenderse hacia el norte con una potente ala derecha pero sin debilitar el centro y la izquierda, pues allí se esperaba el ataque francés principal.
El plan, basado según el propio Schlieffen en la táctica seguida por Aníbal en la batalla de Cannas, nunca se llevó a cabo.
El propio káiser Guillermo II solicitó a Moltke que abortara o modificara el plan en el último momento, con el fin de no ganarse otro gran enemigo en la contienda, pero este se limitó a replicar que el plan, una vez iniciado, no podía cambiarse.