La propuesta se convirtió en una experiencia visionaria para el desarrollo de la educación contemporánea, pues su misión, consistía en presentar a todos los jóvenes del mundo, lo que Don Bosco consideraba como la fealdad del pecado y la belleza de la virtud.
Nanni define a Juan Bosco como "hombre de acción" más que como un teórico y, sin embargo, ello no quiere decir que Don Bosco no hubiese dejado algún tipo de tratado al respecto.
Según un informe de la BBC, para el 2006 se contaban 109 naciones del mundo que habían abolido el castigo físico dentro de la formación escolar,[6] pero todavía existen sociedades en donde no se concibe una educación sin ellos.
Ante todo es necesario aclarar que Don Bosco desarrolló este pensamiento con muchachos difíciles, al optar por los jóvenes marginales de una ciudad como la Turín de la mitad del siglo XIX, que vivía su propia revolución industrial; atraía a niños y jóvenes campesinos empobrecidos y creaba situaciones extremas como pandillas juveniles, niños de la calle, delincuencia juvenil, explotación infantil y otros dramas.
Por lo tanto, el sistema preventivo fue sometido en sus inicios a las realidades de punta y no concebido bajo condiciones favorables.