[1] La cerradura inteligente está generalmente asociada con la domótica y la internet de las cosas.
[2] A diferencia de las cerraduras tradicionales, la llave no es física, sino que consiste únicamente en un código digital.
Este debe ser transmitido a la cerradura inteligente desde un dispositivo autorizado mediante una interfaz inalámbrica para poder desbloquearla.
[2] Otras cerraduras inteligentes permiten abrir las puertas mediante llamadas perdidas de teléfonos autorizados[3] o incluso algunos llevan al límite la seguridad física eliminando completamente la cerradura exterior y dejando una puerta ciega.
[2] Z-Wave es un medio de transmisión desarrollado especialmente para la domótica que se utiliza para comunicar diferentes dispositivos entre sí.
Dado que los dispositivos con Z-Wave pueden transferir señales entre sí, en caso de haber varios dispositivos en el hogar el alcance puede ser significativamente mayor que mediante el uso de Bluetooth.
Otra ventaja, además del manejo a través de internet, es que las cerraduras inteligentes también pueden ser operados con soporte de Wi-Fi mediante smart assistants como Google Home, Amazon Echo o Siri.
[6] Algunos ejemplos típicos son los modelos August Connect (Z-Wave), Nuki Bridge (Bluetooth),[7] Raixer Intercom (WiFi)[8] y SmArtLock(AP-WiFI).
Pese a ello, las cerraduras inteligentes ofrecen ciertas ventajas en materia de seguridad.
Casi todos los modelos actuales pueden registrar con qué dispositivo y cuándo fue abierta la cerradura.