Sus padres, Alfonso di Marzo y María Riparullo, eran ambos inmigrantes italianos provenientes de Nápoles.
[2] Obstinada, Di Marzo fue a pie hasta el aeródromo Brasil ―situado en Jardim Paulista― para comenzar sus lecciones de vuelo.
No tuvo ninguna ayuda financiera de sus padres, por lo que se vio obligada a rifar su victrola (tocadiscos) para pagar las clases.
Como sus dos instructores viajaban frecuentemente y generalmente estaban ausentes, comenzó a tomar lecciones del piloto alemán Fritz Roesler, también veterano de la Primera Guerra Mundial.
Su experiencia impresionó a sus examinadores, que eran Luís Ferreira Guimarães (director del Aero Club de Brasil), su instructor Fritz Roesler, Giovanni (João) Robba y los aviadores Manuel Lacerda-Franco y Amadeu Saraiva.
Fue aprobada y obtuvo el brevet n.º 76 del Aeroclube do Brasil, que estaba afiliado a la Fédération Aéronautique Internationale.
Cuando lo recuperó, tampoco conseguía el combustible necesario, y mantener el avión tenía ahora un costo mucho más alto.
Teresa Di Marzo creó las «Tardes de Aviación», en las que efectuaba vuelos con pasajeros.
Fritz Roesler le compró al piloto Edu Chaves muchas piezas y aviones para la escuela.
Este matrimonio causó gran repercusión y muchas personalidades asistieron a la misma.
Ese mismo año vendieron el hangar Teresa Di Marzo, y se mudaron al Campo de Marte.
[4] Como en esa época era cada vez más difícil mantener un avión, Teresa Di Marzo le pidió a Washington Luís Pereira de Sousa (1869-1957) ―que fue presidente de la República entre 1926 y 1930― un subsidio para pagar la gasolina.