El primer libro lleva este mismo título y dio nombre a la saga.
Anton vive inquietantes aventuras entre los vampiros, acompañado por Rüdiger, que suele visitarle apareciendo inesperadamente en el alféizar de su ventana.
Su marido, el tío Theodor, fue asesinado por Geiermeier, a quien Dorothee profesa un odio especial.
A menudo intenta pasar su tiempo libre con Anton, tratando de hacer cosas que cree que le pueden gustar a su hijo, como unas vacaciones aventureras y otras cosas más.
Traba amistad con Lumpi sin saber que es un vampiro; le llama educadamente "el señor von Schlotterstein" y "mi joven amigo".
Una noche escucha un ruido, va a ver qué sucede y era Rudiger, el pequeño vampiro.
Cuando Anton conoce a la hermana de Rudiger, los dos se enamoran y son novios.
El pequeño vampiro es expulsado de la cripta porque tía Dorothee descubre que tiene contacto con humanos.
Rüdiger se disfraza como un humano y envuelve el ataúd en papel de regalo.
Puede alimentarse solamente de huevos, perforándolos por la noche con los colmillos y bebiéndose el líquido.
Sin embargo sucede que el pequeño vampiro cae precisamente en la casa de un experto en vampiros y sólo gracias al esfuerzo y astucia de Anton pueden escapar, pero luego llegan a una pared y se ven atrapados, pero en un abrir y cerrar de ojos aparece un nuevo personaje que le suma un toque dramático a la historia, reconocido como Jacob, un hechicero del lado oscuro del cual no se puede confiar como se quisiera.
Rüdiger se ha enamorado enseguida de ella y hace todo lo que Olga le manda.
Mientras tanto, el guardián del cementerio, Geiermeier, y su ayudante Schnuppermaul finalmente lo han conseguido: la parte salvaje del cementerio, en la cual se encuentra el hogar de los vampiros, será reformada para convertirla en un parque.
Mientras, los habitantes del valle son víctimas de una extraña enfermedad que les hace estar débiles y anémicos.
Rüdiger ha encontrado las viejas Crónicas de la familia von Schlotterstein y las lee con avidez.
Allí acuden Lumpi, Rüdiger, Anna y Anton, todos vestidos de vampiros.
Anton sigue muy intrigado por el misterioso Igno Rante; Rüdiger se decide a seguir la misma terapia psicológica que éste para "curar" su aversión al sol.
Anton descubre la vivienda de Igno Rante, una casa con las ventanas tapiadas por gruesos tablones.
Mientras, Rüdiger prosigue con la terapia y Anna considera la posibilidad de prestarse también a ella.
Anton ha caído enfermo con la varicela, aunque sigue investigando y descubre algo sobre el ataúd de Igno Rante que le causa mucha inquietud.
Olga se marcha por segunda vez y abandona tras ella a un desesperado Rüdiger.
Rüdiger se siente atraído por Viola, una chica muy popular, y pide a Anton que le consiga una cita con ella.
La familia von Schlotterstein retorna a su lugar de origen, Transilvania, en la actual Rumanía.
Anton y sus padres pasan las vacaciones allá por la recomendación del psicólogo al que iban los padres de Anton, el señor Schwartenfeger, visitando los lugares más importantes de la ruta del Conde Drácula.
Sin embargo, para Rüdiger y Anna, que han regresado a la ciudad tras una discusión con el conde Drácula, la cosa tiene un cierto interés.
Los vampiros convierten la clase de baile en un caos; las cosas empeoran aún más cuando Olga reaparece.
Mientras tanto, el profesor Cisneros lleva a su cita (la mismísima tía Dorothee) al mismo lugar, que cree solitario y tranquilo.
Quieren saber cómo se siente hacer por primera vez la fiesta de cumpleaños...