Las esferas de las tronadoras inicialmente están suspendidas con igual altura respecto al suelo.
La forma correcta de sujetarlas es, con el puño cerrado y el dedo pulgar presionando una de las caras de la pestaña, contra el dedo índice cerrado, debido a que así se sujetan firmemente y es poco probable que se enreden las piolas con los dedos si se mantiene el puño cerrado.
La idea es que empiecen por lo menos a enfrentarse entre sí, moviendo la pestaña, en un movimiento totalmente vertical.
Lo ideal es que en cada enfrentamiento, cuando las esferas estén en la parte más exterior respecto a la pestaña, se suba muy leve y brevemente ésta para aumentar la velocidad y, por consiguiente, la fuerza del impacto, haciendo que en cada bajada y subida se aumente más la fuerza.
Según la habilidad del practicante, lo primero es controlar que ambas esferas se muevan como si fuesen reflejos de sí mismas y que su movimiento diese la ilusión de medio disco, con el centro en la pestaña.