Sin embargo, en la actualidad los trigos antiguos se han sustituidos por variedades modernas, adaptadas a las necesidades industriales, por lo que el trigo Florence Aurora se cultiva de forma marginal en parcelas pequeñas dedicadas a la agricultura ecológica.
[2][3] Se dejó de cultivar por su baja resistencia a los hongos, aunque aquellos que han probado los panes hechos de harina Florencia Aurora recuerdan un sabor y una textura excepcionales.
[4][5] Su fuerza permite hacer panes de alta hidratación hechos con masa madre o prefermento.
En Andalucía, región considerada «el granero de España», se plantó extensamente el Florencia Aurora junto con otros trigos de fuerza como Cajeme o Rinconada.
El trigo Florence Aurora también fue popular en Cataluña y el sur de Francia, aunque hoy ha desaparecido.