Esta vía verde surge por el reacondicionamiento del trazado de la antigua línea de ferrocarril Linares-Puente Genil, desde Jaén a Córdoba, popularmente conocido como el Tren del Aceite que unía la ruta olivarera entre ambas provincias.
Sin embargo, en el año 2017 los responsables de ambas infraestructuras unificaron todo el recorrido del antiguo tren bajo una misma denominación.
El itinerario pasa por las localidades de Torredelcampo, Torredonjimeno, Martos, Alcaudete, Luque, Zuheros, Doña Mencía, Cabra, Lucena y Moriles.
Durante la Guerra Civil la línea sirvió de alternativa a la bombardeada Espeluy-Sevilla, perdiendo importancia al terminar la contienda.
No obstante, la línea todavía se mantuvo activa hasta su clausura en octubre de 1984.
Su firme se compone de balasto sellado mediante zahorra con doble tratamiento asfáltico.
Existen 5 estaciones que se pueden encontrar a lo largo del recorrido, estas son: Torredelcampo, Torredonjimeno, Martos, Vado-Jaén (Martos), y Alcaudete, desde las cuales, junto con el complejo Las Fuentezuelas de Jaén, podemos acceder a distintas áreas de descanso.
Durante todo el trayecto el camino discurre entre olivares, Jaén es la provincia con mayor densidad de olivos del mundo.
El tramo siguiente viene presidido por la Reserva Natural Laguna Honda y la Reserva Natural de la Laguna del Chinche, las dos zonas húmedas mejor conservadas de la provincia de Jaén en las que, aunque sufren importantes fluctuaciones en su nivel hídrico a lo largo del año, pueden observarse especies tan amenazadas como la malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala) o la cerceta común (Anas crecca), junto con otras más frecuentes pero igual de interesantes para los aficionados a la ornitología, como el ánade rabudo (Anas acuta), la focha común (Fulica atra), el tarro blanco (Tadorna tadorna)o, incluso, el aguilucho lagunero (Circus aeruginosus).
En esta zona se ha instalado un observatorio que permite contemplar las abundantes aves de la laguna, como el ánade real (Anas platyrhynchos), cuchara (Spatula clypeata) y colorado (Netta rufina), fochas (Fulica atra), cormoranes (Phalacrocorax carbo) e incluso algún bando de flamencos (Phoenicopterus roseus) que encuentran su hábitat ideal en estas aguas saladas.
Al llegar a Luque, se puede descansar en su estación ferroviaria, rehabilitada y reconvertida en bar restaurante.
Siguiendo la ruta se llega a la estación de Doña Mencía, también convertida en restaurante.
Desde el Camino parten nuevos senderos que se introducen en el corazón de este parque natural.
Una vez se deja atrás este municipio, la ruta se aproxima a Lucena, cuya estación ha sido transformada en el Centro de Interpretación de la Artesanía y Tradiciones de Lucena, un rincón donde se muestran las costumbres y principales labores que han dado fama a esta localidad, como la alfarería, la orfebrería o los trabajos de bronce y madera, sin olvidar la cultura del aceite o las fiestas y su folclore.
Con la construcción de este último tramo, se da continuidad al Camino Natural Vía Verde del Aceite, que parte desde Jaén.
También se pueden encontrar higueras (Ficus carica), viñas (Vitis vinifera) o membrillos (Cydonia oblonga) en algunos huertos cercanos y juncos (Juncus) en los márgenes de los arroyos.
Los taludes excavados para el paso del ferrocarril sirven de madriguera a conejos (Oryctolagus cuniculus) visibles durante la travesía, además de perdices rojas (Alectoris rufa) y milanos reales (Milvus milvus).
Si se recorre en verano, también será constante el característico sonido de las chicharras (Cicadidae).