Puesto que el cine nació y se desarrolló en países cuya población era mayoritariamente cristiana no es extraño que Jesús de Nazaret fuese uno de los primeros personajes históricos elegidos para relatar su vida en la pantalla.
Además, existía el precedente de las pasiones populares, representaciones teatrales interpretadas por actores no profesionales.
Aunque el tratamiento del tema es delicado por la naturaleza divina que los creyentes atribuyen a Jesús, el interés de los clérigos por propagar su fe hizo que fuera un tema interesante para los productores desde los mismos inicios del cinematógrafo.
Los hermanos Lumière se percataron pronto del interés comercial que podía tener rodar una película sobre Jesucristo y en 1897 filmaron la que es la primera cinta importante sobre Jesús.
Están filmadas con cámara estática y ante unos decorados planos, tal como era característico en el primitivo cine de la época.